¿Te quiero o te quiero esta noche?
En el momento en que todo en la relación depende exclusivamente de lo puramente encanto superficial más el flechazo inicial, la historia acaba siendo breve. Demasiado precario. Parecido a los hornos del hotel, que suben de temperatura en un pestañeo, aunque se descomponen rápido. Iniciar algo solo en el atractivo exterior, es como meter comida